En la práctica de la investigación científica pueden darse actuaciones deshonestas de diverso tipo y gravedad (plagio; invención, falsificación o interpretación interesada de datos y pruebas para justificar hipótesis o resultados positivos; firma de trabajos en los que no se ha colaborado; citas a trabajos que no se han leído, etc.), generalmente con el fin de obtener fama, reconocimiento, beneficios económicos personales o institucionales, etc.
La Academia intenta controlar y reducir algunas de estas malas prácticas mediante la revisión por pares y la reproducibilidad de los resultados de la investigación.
El método científico: reproducibilidad de la investigación
El método científico trata de asegurar la credibilidad y honestidad de los descubrimientos que se publican, exigiendo que los autores detallen en sus trabajos la metodología empleada, las pruebas utilizadas y los resultados obtenidos. Estos detalles no sólo sirven como argumentación y defensa de las hipótesis y descubrimientos, sino que permiten a otros investigadores repetir el proceso, validando su autenticidad, si bien, en muchas ocasiones, no se pueden repetir los procesos fielmente, por la complejidad o especialidad del asunto tratado, la imposibilidad de utilizar los mismos equipos, por limitaciones presupuestarias, etc.,
Así y todo, algunos trabajos, incluso si han sido publicados en revistas de mucho prestigio, pueden ser cuestionados y refutados porque en la repetición de las pruebas no se obtienen los mismos resultados, o porque los autores no pueden justificar o demostrar que los datos publicados en su momento eran auténticos. Nature le dedicaba un editorial y un número especial a este tema en 2013. En estos casos las revistas suelen retirar los artículos publicados (Retractación). Existen iniciativas como PubPeer, que permiten los comentarios observaciones y críticas a trabajos ya publicados, o Retraction Watch, que recoge aquellos trabajos que se han retractado o retirado después de publicarse. En ocasiones, los autores pueden aceptar las observaciones o críticas de otros colegas, o ser ellos mismos quienes detectan sus errores, que han podido cometer de forma involuntaria o sin mala fe, y retractarse de las conclusiones de alguno de sus trabajos. En cualquier caso (Marco-Cuenca, Salvador-Oliván, & Arquero-Avilés, 2019) “las retractaciones representan menos del 0.02% de las publicaciones científicas anuales” y son algo poco frecuente y relativamente reciente (la primera retractación data de 1977), lo cual no significa que no haya existido la manipulación de la investigación con anterioridad.
Revisión por pares
Las publicaciones científicas tratan de limitar el fraude y mejorar la calidad de los trabajos que publican mediante la revisión por pares o “peer review”. Tanto las revistas científicas de calidad como, cada vez más, los congresos y las editoriales que publican monografías y actas de congresos, someten a los trabajos a esta revisión previa como requisito para aceptar su publicación. Esta tarea la realizan investigadores y especialistas de las distintas disciplinas, normalmente autores también de trabajos científicos. Los investigadores que hacen de revisores no suelen cobrar nada por este trabajo; a lo más se les ofrece acceso gratuito a su revista durante un periodo de tiempo, o un cupón de descuento para publicar en la misma (aunque algunas editoriales, como Taylor & Francis sí que remuneran esta tarea en determinadas circunstancias). Ser revisor sí concede el prestigio de serlo de una revista renombrada y de calidad. Esta labor está consiguiendo cada vez más un mayor reconocimiento, por ejemplo en perfiles de autor tan importantes como ORCID y Web of Science ResearcherID, en los que se indican en qué revistas se ha ejercido esta función y cuantos artículos se han evaluado en cada una de ellas.
El proceso de revisión no siempre puede detectar el plagio, ni que se haya producido algún tipo de fraude (datos falsos, manipulados, maquillados…). La propia revisión por pares no está exenta de algunas malas prácticas, que intentan evitarse a través de pautas o recomendaciones dirigidas a los revisores.
Formas de fraude y “malas prácticas”
Autores:
- Plagiar, o apropiarse de las ideas o trabajos de otro autores no citándolos
- Autocitas: un tipo de fraude que se puede encontrar es la autocita. Todo investigador tiene una línea de investigación sobre la que va desarrollando su trabajo, y hasta cierto punto es lógico que cite sus trabajos precedentes sobre la misma materia, pero la línea que separa lo razonable de lo deshonesto es muy fina. Una variante de la autocita es citar sin causa justificada los trabajos de otros colegas a cambio de que ellos citen los propios.
- Aparecer como autor de un trabajo en el que no se ha participado o cuya aportación ha sido testimonial. Aquí la cortesía profesional no está aceptada. Se suele recomendar que el orden de los autores sea proporcional a su contribución en el trabajo.
- Ghostwriting, o autoría encubierta que no se corresponde con el autor firmante. Esta mala práctica se da, por ejemplo, en escritores de temas médicos que son patrocinados por fabricantes de medicamentos o productos sanitarios para publicar artículos, bajo nombres de otros autores, para promocionar productos comercializados por ellos.
- Creación de identidades fantasma en ORCID que no pueden verificarse, creadas para utilizarse una sola vez con el fin de aprobar el paso del envío de trabajos a la revista, por parte de empresas dedicadas a hacer trabajos por encargo (fábricas de manuscritos)
- Fabricar, falsificar o manipular datos
- Utilizar o manipular imágenes, figuras o tablas de otras investigaciones sin indicarlo
- Omitir la financiación de empresas cuya actividad está relacionada con el tema del trabajo
- Enviar el trabajo a dos o más revistas a la vez. Se suele considerar antiético y así lo suelen indicar las revistas en la sección dedicada a los autores. Esta acción puede acarrear que las revistas afectadas no acepten más trabajos del autor.
- Enviar a una revista una comunicación de un congreso ya publicado, salvo que se amplíe y actualice el trabajo y se avise previamente al editor. Debería indicarse esta circunstancia claramente en la publicación
- Publicar una investigación troceada en varios artículos. Es lo que se conoce como publicación salami. En algunas disciplinas se acepta. En cualquier caso indicarlo al editor al enviar el original.
- Etcétera…
Tabla tomada de “Ética en la publicación científica biomédica. Revisión de las publicaciones retractadas en España” por G. Marco-Cuenca, J.-A. Salvador-Oliván, y R. Arquero-Avilés, 2019, El profesional de la información, 28(2), 13
Revisores:
- Retrasar la publicación de un trabajo sometido a su revisión por no dedicarle el tiempo requerido.
- No reconocer que no se tienen conocimientos suficientes para evaluarlo.
- Sugerir al autor la inclusión de citas a sus propios trabajos.
- Rechazar un trabajo por ser de un competidor.
- Rechazar un trabajo porque refuta sus propias investigaciones.
Revistas:
- Autocitas: algunas revistas pueden incitar al autor a citar trabajos publicados por esa revista a cambio de asegurar que esto facilitará la publicación de su trabajo. El exceso de autocitas es razón de expulsión de bases de datos como Web of Science.
- Revistas “depredadoras”: determinadas editoriales o revistas que se aprovechan de las necesidades de los autores de publicar (“Publish or Perish” es un axioma muy real en la carrera de cualquier investigador) y les cobran por publicar, normalmente en abierto, trabajos que no pasan ningún tipo de revisión por pares ni ningún otro control editorial. Algunas características frecuentes de estas publicaciones son:
-Dudoso proceso editorial, sin revisión por pares.
-Exigencia de pago de una tasa al autor si quiere publicar.
-Publicación de un gran número de artículos al año.
-Títulos muy semejantes a los de revistas prestigiosas
El bibliotecario Jeaffrey Bell llamó la atención sobre este fenómeno cada vez más general y elaboró una lista de “predatory journals” donde incluía aquellas revistas con actuaciones cuanto menos dudosas en sus hábitos de publicación. Desde hace un tiempo, parece ser que por problemas legales y de demandas, esta página ya no es operativa, aunque existe alguna réplica.